[2] El presidente Martín Vizcarra que, de ser necesario, adecuarán las siete torres debido a la pandemia.
[2] El gobierno trasladó 12 camiones con 100 toneladas de materiales necesarios, entre lo que se encontraba 900 camas.
[2] La villa fue construida para ser posteriormente vendida como apartamentos individuales, reservándose algunas habitaciones para los aletas peruanos que lograrán ganar una medalla en los juegos panamericanos y parapanamericanos.
[7] En ese línea, el Proyecto Especial Legado Juegos Panamericanos y Parapanamericanos dejó en claro lo siguiente:
[11] La presidenta de Essalud Fiorella Molinelli dejó en claro que una de sus aspiraciones es que la villa, pasada la pandemia, se convierta en un geriátrico para los adultos mayores debido a su infraestructura adecuada para personas con discapacidad.
[17] Molinelli informó que hasta el 24 de junio, la Villa atendió a cuatro mil personas.
Al ser originalmente un centro habitacional y no uno sanitario se vio un impacto negativo en la salud mental; los pacientes pasan por dos etapas en donde presentan signos de angustia (principalmente en los primeros días) y desesperación (en los últimos), algunos pacientes consideran a la villa una «cárcel dorada sin rejas», los pacientes en un estado excesivamente ansioso son tratados de forma individual.