[2] Las tecnologías de conversión térmica recuperan la energía mediante procesos que implican altas temperaturas, siendo los principales la incineración, la gasificación y la pirólisis.
[3][4][5] La gasificación transforma los residuos en un gas de síntesis, que se puede utilizar para producir electricidad, calor y productos químicos.
Durante la pirólisis, los residuos se calientan a altas temperaturas en ausencia de oxígeno, lo que descompone los materiales orgánicos en sus componentes básicos.
Sin embargo, la pirólisis todavía enfrenta desafíos en términos de costes, eficiencia y viabilidad comercial en ciertos contextos.
Sin embargo, la digestión anaeróbica también enfrenta desafíos en términos de la viabilidad comercial y la gestión adecuada del digestato generado.