Mideros tendrá una relación estrecha con la escuela en sus facetas de estudiante y profesor[6].En 1917 consiguió el primer premio de la primera edición del Salón Mariano Aguilera.Mientras estuvo en Italia asistió a las Escuelas de pintura italiana, inglesa y española, donde pudo perfeccionar aún más su técnica.[10] Él mismo solía decir que pintaba sus obras con la paleta de Dios, porque utilizaba los siete colores del arco iris y un profundo estudio del color, logrando así iluminar sus pinturas.[10] Extraños signos de presagio imprimen su obra un matiz, más que místico, religioso.Esta serie se inscribe además dentro de la corriente teológica del "milenarismo" al que suscribía el pintor (desde una posición secular).Sus obras más conocidas son:[8] Entre otras, Víctor Mideros fue condecorado con las siguientes distinciones honoríficas por su trabajo:[3]
Vendedora de frutas
(1969), óleo sobre lienzo.
MuNa
,
Quito
.
Nuestra Señora del Carmen
, óleo sobre lienzo. Museo del Carmen Alto,
Quito
.