[2] Destacó desde muy joven por su sensibilidad social: pronto comenzó a escribir en los periódicos vizcaínos y madrileños reclamando reformas que le valieron, según sus palabras, fama de socialista.
[4] Su presencia llegó a ser jaleada por las huestes carlistas, el requeté, como «¡Viva Miss Cavernícola!» (la caverna significaría valores de decencia y virtud).
En 1933 se presentó a las elecciones generales como candidata de la Comunión Tradicionalista por Guipúzcoa, pero no consiguió los votos suficientes para ser elegida diputada.
Fue detenida y acompañada por el agente Eduardo Merediz Llanes, pero nunca llegó a comisaría.
[8] Su experiencia durante la Guerra Civil Española como enfermera y organizadora de hospitales de campaña en el frente está contada por ella misma en su libro Así empezamos.
[9] En mayo de 1939 recibió la Cruz Roja del Mérito Militar.