Los privilegios fueron otorgados por el rey Andrés II y tenían validez para todo el Königsboden.
En las reuniones de la Universidad se decidió cobrar el impuesto sajón por sede y por campo.
Los privilegios de los sajones asentados en Transilvania estaban contenidos en la carta emitida por el rey húngaro Andrés II, el Diploma Andreanum, que establecía, entre otras cosas, “que la gente desde Orăștie hasta Baraolt y Drăușeni, junto con Sebeș del País Sículo, sea un pueblo y esté bajo un solo juez".
Administrativamente, sus territorios se dividieron en condados encabezados por un juez real designado por el rey.
Asimismo, la Universidad tomó varias medidas para proteger la unidad de religión sajona.
[1][3][4] Durante los siglos XVI y XVII las libertades sajonas fueron vulneradas en varias ocasiones.
Según el historiador Georg Krauss, Báthory exigió cien mil florines a cambio de retirarse, pero tras recibir el dinero se quedó en la ciudad, incumpliendo su promesa.
En protesta, los sajones marcharon hacia Alba Iulia, donde se hallaba Gábor Bethlen, quien restauró este privilegio.
Disolvió la Universidad Sajona en 1784, confiscó sus propiedades con el argumento de que el Königsboden era propiedad del Tesoro.
Mantuvo las propiedades de la entidad limitando su uso a fines culturales públicos.
Friedrich Wächter y Karl Fabritius, miembros del parlamento sajón en Transilvania, participaron en la preparación del proyecto de ley, mientras que Carl Wolff, Joseph Gull y Adolf Zay protestaron contra la decisión.
La Universidad era representada ante el mundo exterior por su líder, el comes saxonum, que era miembro del consejo principesco en la era del principado independiente, y representaba a la nación sajona en el consejo principal durante el gobierno de los Habsburgo.
[3][1][7] La Universidad tenía poderes administrativos, legislativos, judiciales, económicos y políticos, estando subordinada sólo al rey.
Al principio, el litigio se basó en el derecho consuetudinario, pero hubo un primer intento de crear un sistema legal unificado.
El trabajo de Thomas Bomel, el Statuta jurium municipalium civitatis Cibiniensium (1560), incorporó el derecho consuetudinario sajón, pero no se publicaron ni el texto original en latín ni la traducción al alemán.