Tras la muerte del coral, su esqueleto contribuye a la generación de nuevos arrecifes en la naturaleza, debido a que la acción del CO2 convierte muy lentamente su esqueleto en bicarbonato cálcico, sustancia esta asimilable directamente por las colonias coralinas.
Este género se encuadra en los corales hermatípicos, que tienen algas simbiontes y son constructores de arrecifes.
De color pardusco, con pólipos amarillo o blanco brillante y peristoma verdosa.
Los pólipos contienen algas simbióticas; mutualistas (ambos organismos se benefician de la relación) llamadas zooxantelas.
Algunas especies, como T. mesenterina pueden crecer en llanuras arrecifales muy turbias formando grandes colonias "repollo", ocupando extensiones superiores a 100 m² en la parte más somera de pendientes arrecifales, contribuyendo de forma importante a los sedimentos del arrecife con sus placas foliáceas.
Otras especies, como T. frondens, forman grandes colonias, y abundan en arrecifes interiores turbios.