[2] Algunos tumores vasculares pueden estar asociados con trastornos graves de coagulación sanguínea, por lo que un diagnóstico correcto es fundamental.
Los tumores vasculares se pueden subclasificar además en benignos, raros o agresivos y malignos.
Se caracterizan por un rápido crecimiento en los primeros meses, seguido de una regresión espontánea durante la infancia temprana.
Una variedad de tumores vasculares benignos se describen como lesiones proliferativas reactivas que crecen en respuesta a un estímulo, como un traumatismo o una trombosis local.
También se pueden formar de manera poco frecuente durante el embarazo como una reacción hormonal que afecta las encías.
[10] El tipo más común de tumores proliferativos reactivos son los granulomas piógenos también conocidos como hemangiomas capilares lobulares, que se encuentran con mayor frecuencia en niños y en adultos jóvenes.
[4] Los angiomas en penacho son hemangiomas hereditarios que se encuentran en niños desde su nacimiento hasta los 5 años de edad, sin embargo, también pueden presentarse en adultos.
[12] Los tumores son mechones de vasos del tamaño de capilares en lóbulos que se encuentran dispersos en la piel y que a veces llegan hasta el tejido subcutáneo y tienen vasos linfáticos en la periferia.
Los hemangioendoteliomas kaposiformes (HEK) son tumores vasculares poco frecuentes y localmente destructivos.
Bajo el microscopio se caracterizan por nódulos de células endoteliales fusiformes similares a tumores[14].