Esta tumba monumental fue encargada por don Pedro Álvarez de Toledo, cuando él todavía estaba vivo.
El monumento es de forma cuadrada, con una base y decorada con cuatro capiteles corintios en las esquinas sobre la que descansan las estatuas alegóricas de las cuatro virtudes cardinales: la templanza, la prudencia, la fortaleza y la justicia.
Las cuatro esculturas se atribuyen a Annibale Caccavello y Giovanni Domenico D'Auria.
Por encima del sarcófago, se ven descansando dos estatuas que representan a don Pedro y a su primera esposa, María Osorio Pimentel, II marquesa de Villafranca del Bierzo, con un casco entre los dos personajes.
En la escena se ve a don Pedro esperando en la Puerta Capuana al emperador, este último rodeado por una procesión en el festejo.