Tronco de Navidad

Según el Dictionary of English Folklore (Diccionario de folclore inglés), si bien el concepto de Yule se extiende hasta bastante atrás en el antiguo registro germánico mucho antes de la cristianización, las primeras referencias «claras» a tal tradición solo aparecen en el siglo XVII y, por lo tanto, no está claro desde dónde o cuándo exactamente se extiende la costumbre.

[2]​ No obstante, durante mucho tiempo se ha observado que la costumbre puede haber tenido orígenes mucho más antiguos, extendiéndose a partir de costumbres observadas en el paganismo germánico.

El académico Rudolf Simek comenta que la fiesta pagana del Yule «tenía un pronunciado carácter religioso» y que «no hay certeza respecto a si la fiesta germánica del Yule tenía aún alguna función en el culto a los muertos y en la veneración a los ancestros, función que el sacrificio del solsticio ciertamente mantuvo durante las Edades de Piedra y Bronce de Europa Occidental».

[2]​ Por ejemplo, en su sección sobre «Celebraciones navideñas», J. B. Partridge describió las costumbres navideñas vigentes en ese momento (1914) en Yorkshire, Gran Bretaña, que incluían el tronco de Navidad según lo relatado por «la Sra.

La costumbre es la siguiente: H. J. Rose describe una creencia popular similar en Killinghall, Yorkshire, en 1923: «En la última generación, todavía se quemaba el tronco de Navidad, y una parte se guardaba para encender el tronco del año siguiente.

Se ofrecían oraciones mientras se encendía el tronco en Bretaña y en Provenza, donde la costumbre todavía se observa ampliamente y es llamada cacho fio (bendición del tronco): el abuelo de la familia, primero, desfila con el tronco, o rama de un árbol frutal, tres veces alrededor de la casa y luego el tronco es bendecido con vino; a menudo se enciende junto con las cenizas guardadas del tronco del año anterior.

[17]​ Los serbios tienen una tradición similar (llamada Badnjak) en la que se quema roble austríaco.

[18]​ Como lo anotó M. E. Durham (1940), el Badnjak es un retoño que se coloca en el hogar en Nochebuena.

Existe una tradición similar entre los catalanes, en la que «Tió», un tronco mágico con una cara sonriente que vive en el bosque, es llevado a casa y «alimentado» antes de Navidad.

En Asturias se mantiene en algunas zonas y familias con el nombre de Nataliegu.

Una ilustración de personas recolectando un tronco Navidad, tomada del Chmabers Book of Days (1832)