[1][2] En el mundo moderno, dado el crecimiento del comercio en bienes y servicios y especialmente, el rápido ritmo de la innovación financiera, a menudo los controles de capital son fácilmente evadidos.Para empezar se plantea un país con un tipo de cambio fijo en equilibrio con respecto a los flujos de capital, así como una política monetaria que está alineada con el mercado internacional.Sin embargo, el país adopta una política monetaria expansiva para tratar de estimular su economía doméstica.Debido a que la tasa de interés disponible a nivel internacional ajustada por las diferencias entre las divisas no ha cambiado, los agentes del mercado son capaces de obtener ganancias vendiendo la moneda interna e invirtiendo en otra divisas en el exterior — una forma de carry trade.Debido a que el país tiene un tipo de cambio fijo, el banco central frenará cualquier tendencia al debilitamiento de su moneda, vendiendo activos externos —reservas internacionales— por moneda nacional.