[1] Sin embargo, la tregua que entró en vigor el 18 de septiembre de 1998 fue la primera y única anunciada como "unilateral e indefinida", aunque ésta finalizó sólo catorce meses después.
En febrero el Gobierno anunció la apertura de negociaciones, al comprobar que no había habido atentados desde que se produjo la oferta, pero el secuestro del empresario Emiliano Revilla junto a otras acciones acabó con el diálogo.
La noticia de esta entrevista fue filtrada desde una fuente del CNI al diario ABC, desatando un gran revuelo mediático.
[2][3][4][5] A causa del escándalo originado, Carod Rovira se vio obligado a dimitir de su cargo de Conseller en cap del gobierno tripartito Catalán, integrado por los partidos PSC, ERC e IC-V.
[16] A su vez, desde el PSOE se acusó a varios líderes del PP de incumplir el pacto utilizando el terrorismo como tema de discusión partidista, afirmando además que era la primera vez que desde la oposición se atacaba la política antiterrorista del gobierno, considerada hasta entonces un tema de estado.
Además del Partido Socialista Obrero Español, que sustenta al Gobierno,[20] apoyaron el proceso el resto de grupos políticos representados en el Congreso de los Diputados y en el Senado de España a excepción del Partido Popular, a saber: Convergència i Unió,[21] Esquerra Republicana de Catalunya,[22] el Partido Nacionalista Vasco,[23] Izquierda Unida,[24] Iniciativa per Catalunya Verds,[25] Coalición Canaria,[26] el Bloque Nacionalista Galego, Chunta Aragonesista, Eusko Alkartasuna y Nafarroa Bai.
Para mostrar este contraste, el PSOE publicó un vídeo titulado "La otra tregua".
[48] Puesto que ocho dirigentes de esa formación política ilegalizada comparecían esos días en la Audiencia Nacional imputados por integración en banda armada y amenazas terroristas, López pidió a los jueces que tuvieran en cuenta "la actual situación del País Vasco".
En esta reunión, el secretario general del PSE-EE instó a los dirigentes de Batasuna que se integraran en la vida democrática, rechazando el terrorismo.
[55] En junio y julio, los interlocutores de ETA (Josu Urrutikoetxea, alias Josu Ternera) y del Gobierno (Jesús Eguiguren) se reunieron en sendas ocasiones en la sede del Centro para el Diálogo Humanitario Henri Dunant en Ginebra.
[cita requerida] Si bien, tanto el gobierno noruego como el español desmintieron rotundamente que estos últimos encuentros se hubieran producido.
[62] El mismo día del atentado en el aeropuerto de Barajas, el secretario general y portavoz parlamentario de la federación nacionalista catalana Convergència i Unió, Josep Antoni Duran i Lleida, manifestó explícitamente que dado que no se daban las condiciones acordadas en el parlamento para que se dialogara con ETA, su formación retiraba el apoyo al gobierno para esta cuestión.
En esta concentración se profirieron todo tipo de insultos contra el gobierno y el Partido Socialista Obrero Español.
[71] A su vez el portavoz del gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba criticó con dureza la actitud de la banda terrorista y replicó que ETA debía ser consecuente con el atentado cometido en Barajas y asumir el riesgo enorme que supone poner una bomba como la que costó la vida a dos ciudadanos ecuatorianos.
Manifestó que ETA ha roto el proceso de paz, ETA ha roto su tregua y que el gobierno no iba a mantener puentes tendidos a la banda aunque ésta dijera seguir estando en tregua.
[75] La FENADEE y CCOO se mostraron conformes a agregar la palabra libertad al lema de la marcha, pero UGT rechazó la iniciativa debido a que las pancartas ya estaban realizándose.
El foro de Ermua entonces anunció que acudiría con su propia pancarta, con el lema 'Por la Libertad.
[77] El Partido Popular (PP) decidió no respaldar la manifestación puesto que según ellos no se buscó el consenso, rechazando sugerencias tanto del lema como del manifiesto.
[81] No obstante, debido a lo tardío de la decisión, sólo unas pocas pancartas pudieron ser cambiadas para tener el nuevo lema.
La palabra «Paz» con la paloma de Picasso fue el símbolo más visible (así como numerosas banderas ecuatorianas) en una marcha que discurrió sin incidentes.
La AVT preguntó a los participantes dónde estaban en las manifestaciones contra el atentado que había convocado ella.
[86] La delegación del Gobierno cifró la asistencia en 174.824 personas y la Comunidad de Madrid en 210.000.
[87] El mismo día tuvo lugar otra manifestación en Bilbao convocada por el lehendakari del Gobierno Vasco, Juan José Ibarretxe, con el lema «Por la paz y el diálogo.
[91] La reacción política a estos hallazgos fue muy negativa, reconociendo el secretario general del PSE-EE Patxi López que Batasuna había endurecido sus posiciones negociadoras.
[93] Esa misma tarde, mientras el presidente del gobierno Rodríguez Zapatero daba por concluido el proceso de diálogo con ETA, el líder de la ilegalizada Batasuna, Arnaldo Otegi, culpabilizaba al gobierno del atentado, negándose a condenarlo.