Al día siguiente, el 10 de enero, Panamá rompió relaciones diplomáticas con Estados Unidos y el 19 de enero, el presidente panameño Roberto Chiari declaró que Panamá no restablecería relaciones diplomáticas con Estados Unidos hasta que este último acordara negociar un nuevo tratado.
En esa reunión los países miembros votaron una resolución de apoyo a Panamá para que se firmara lo antes posible un nuevo tratado justo para ambas partes.
[3] La debacle diplomática también atrajo la atención de Henry Kissinger y ayudó a generar impulso para el acuerdo Tack-Kissinger de 1974, que proporcionaría el marco crucial para las negociaciones en el futuro.
Entre los 8 puntos de la declaración (conocida como Declaración Tack-Kissinger) destacan los siguientes: Por aquellos años, Torrijos intensificó su lucha diplomática para buscar apoyo concerniente al caso del canal.
Incluso el tema fue tratado en la reunión de los No Alineados en Colombo (Sri Lanka) en 1976.
[3] Cabe destacar que los únicos mandatarios extranjeros que apoyaron principalmente a esta negociación fueron Carlos Andrés Pérez (Venezuela), Alfonso López Michelsen (Colombia), Fidel Castro (Cuba), Daniel Oduber (Costa Rica) y José López Portillo (México), siendo este apoyo de vital importancia para el éxito de los Tratados Torrijos - Carter.
[8] Los tratados, que comprometían a que ambos países acordaran en forma amistosa y cooperativa el proveer de una buena administración, operación y mantenimiento adecuado a tal obra de ingeniería, están compuestos por: Las disposiciones del tratado se resumen en 4 grandes aspectos: Este tratado (que no tiene fecha de vencimiento) estipuló que el canal sería permanentemente neutral pero advirtió que si por cualquier razón los barcos de Panamá o de Estados Unidos debían pasar antes, tendrían el paso inmediato.
Según Torrijos este Tratado colocaba a Panamá “bajo el paraguas del Pentágono”.
[5] El tratado establecía un calendario para la transferencia del canal, que desembocaría en la entrega completa de todas las tierras y edificios de la zona del canal a Panamá.
[10] Como resultado de los tratados, en el año 2000 se transfirieron a Panamá casi 370.000 acres (580 millas cuadradas; 1.500 km2), incluidos unos 7.000 edificios, como instalaciones militares, almacenes, escuelas y residencias privadas.
En 1993, el gobierno panameño creó una agencia temporal (Autoridad de la Región Interoceánica, comúnmente conocida como ARI) para administrar y mantener las propiedades revertidas El día en que el tratado entró en vigor, la mayor parte de los terrenos de la antigua Zona del Canal se transfirieron a Panamá.
Sin embargo, el tratado reservó muchas áreas e instalaciones de la Zona del Canal para su transferencia durante los 20 años siguientes.
Al menos otras 13 parcelas estaban rodeadas no sólo por terrenos bajo la jurisdicción absoluta de Panamá, sino también por un "Área de Coordinación Civil" (viviendas) que estaba sujeta a elementos tanto del derecho público estadounidense como panameño en virtud del tratado.