Los vehículos con motor delantero y tracción trasera tienden a tener la caja de cambios inmediatamente detrás del motor, pero en ocasiones el movimiento del cigüeñal se transmite directamente mediante un eje de transmisión a un transeje trasero.
Esta disposición favorece la distribución de pesos entre ambos trenes por lo que se utiliza generalmente en modelos deportivos.
Como no es posible acoplar la caja de cambios a un eje rígido por el enorme peso no suspendido que supondría, los conjuntos caja de cambios/diferencial en el tren posterior van fijados al chasis del vehículo, formando parte del peso suspendido en combinación con una suspensión trasera independiente o un eje De Dion (por ejemplo, en la marca Alfa Romeo).
Sin embargo el origen del concepto se remonta al Rumpler Tropfenwagen de 1921 con motor central-trasero en el que el motor se situaba por delante del eje trasero, en una posición utilizada actualmente por muchos vehículos deportivos.
Este va montado inmediatamente detrás del motor, también en posición longitudinal y contiene la caja de cambios (manual, automática, DSG, o CVT), junto con el diferencial central, el diferencial delantero y la transmisión delantera.