Estas edificaciones, en su mayoría torres de guardia, tenían como misión avisar del ataque de turcos y berberiscos que venían por mar y desembarcaban en las costas para invadirlas, arrasar los cultivos, saquear los pueblos y llevarse cautivos, ayudados por moriscos descontentos que huían con ellos.
A fin de evitar que estos hechos siguieran produciéndose, en 1575, Felipe II encargó al virrey de Valencia, Vespasiano Gonzaga y Colonna, un estudio de defensa del litoral.
Su sistema defensivo estaba regulado por unas ordenanzas que se mantendrían en vigor durante los siglos XVI y XVII.
En ella prestaban servicio dos guardas de a pie.
Es troncocónica y su base tiene unos seis metros tan sólo.