Síndicos: D. Juan García Leaniz y D. Antonio Ruiz Berdejo.
[3] También cabe reseñar el alto impacto económico y social que desde 1893 ocasionó en la viticultura jerezana, la extensión de la filoxera.
La Plaza de toros se levantó en el mismo emplazamiento que las dos precedentes, que desaparecieron en gran parte en sendos incendios, el último de ellos en 1891.
Los trabajos se realizaron bajo la dirección del arquitecto Francisco Hernández Rubio.
Tertuliano habitual en la Farmacia Central, más conocida por los jerezanos de la época como la Rebotica del Doctor Cafranga.
“Fue Tomas Cafranga un hombre ilustrado que empleaba la farmacia también, para organizar tertulias con personalidades locales, como el comerciante Rafael García del Salto,[10] el letrado Juan J. Velarde Beigbeder y Toribio Revilla San Millán”.
[13] La práctica totalidad de su vida transcurrió en Jerez, sin embargo no cesó en realizar viajes a su tierra natal, de los que se hizo eco la prensa local en numerosas ocasiones.