Rafael Guerra

Durante los siguientes doce años, compartió hegemonía en el mundo del toreo con Lagartijo y con Frascuelo.

Está considerado uno de los grandes toreros cordobeses, pero también es recordado por su particular personalidad, la cual acentuaba con frases coloquiales y populares.

Fue su respuesta ante el acoso al que le tenía sometido el público, originado en gran parte a raíz de su ruptura con Lagartijo.

Desde entonces se dedicó a sus negocios, a su familia así como al Club Guerrita, club social que se hizo muy popular en Córdoba sito en la Calle Gondomar.

En 1915 Eduardo Zamacois le entrevistó acerca de los toreros del momento para escribir un libro.

Guerrita, Lagartijo y Corchaíto en la finca El Capricho en 1909