Ejecutadas aproximadamente desde 1965 por los distintos grupos guerrilleros consistentes en tomas de poblaciones y ataques a puestos de la Fuerza Pública (Fuerzas Militares y Policía Nacional) ubicados en las cabeceras municipales o corregimientos.
Existe una diferencia entre las tomas a poblaciones “una acción violenta cometida por grupos subversivos, en la cual atentan contra instalaciones públicas y/o privadas, cometen delitos como hurto a entidades financieras, secuestros, homicidios y daño en bien ajeno, entre otros, con el fin de causar destrucción total o parcial en la población y sus habitantes”, y los hostigamientos “ráfagas o disparos esporádicos a instalaciones de la Fuerza Pública (Fuerzas Militares y Policía Nacional), con el fin de causar zozobra para luego retirarse sin dar oportunidad de enfrentamiento”.
A pesar de lo cual no cumplieron el objetivo de lograr un apoyo urbano masivo que les permitiera generar la insurrección general para tomarse las ciudades y la capital del país.
En muchas ocasiones la población civil se enfrentó a las guerrillas para evitar estos actos de violencia, que en muchos casos se llevaron a cabo en los mismos municipios, afectando la tranquilidad y los Derechos Humanos de la población que se veía en medio del Conflicto.
[28] En 2003 recién instaladas nuevas estaciones de Policía Nacional fueron atacadas por las FARC-EP en Montecristo (Bolívar)[29] y en Jambaló (Cauca).