[cita requerida] Percepción que se afianzó cuando comenzó la independencia de los territorios españoles en América.
Las Provincias Unidas del Río de la Plata fueron las primeras en manifestar interés jurisdiccional sobre las tierras australes.
Lo que sí le interesaba era desarrollar la cartografía de la zona para facilitar el seguro tránsito de sus naves por esos intrincados pasos y canales en su comercio con los distintos países que iban naciendo en el globo y especialmente en América.
Con ese fin había enviado dos expediciones a la zona austral que entre los años 1826 y 1836, bajo el mando del comandante Phillip Parker King primero y luego bajo el mando del comandante Robert Fitz Roy, quienes realizaron un formidable trabajo hidrográfico y de investigación que se vio reflejado en la excelente cartografía del Estrecho, la Tierra del Fuego, los canales patagónicos y la costa de la Patagonia argentina editada por el Almirantazgo Británico en 1837.
Ambas expediciones fueron efectuadas reconociendo la soberanía chilena y argentina de esos lugares.
A fines de 1837 arribó a la zona austral el comandante Julio César Dumont d'Urville al mando de las corbetas Astrolabe y Zeleé expedición que permaneció en Puerto del Hambre por un prolongado tiempo efectuando reconocimientos y trabajos hidrográficos.
El general Bernardo O'Higgins, que fue el primer jefe de Estado de Chile independiente, durante su exilio en Lima acrecentó su conocimiento de la Patagonia y estudió detenidamente los derechos que Chile tenía sobre esa región lo que lo llevaron a elaborar diversos proyectos destinados a su ocupación y colonización.
En 1838 el general Manuel Bulnes, comandante en jefe del ejército restaurador, ocupada Lima fue a visitar a O'Higgins, oportunidad que éste aprovechó para darle a conocer sus proyectos respecto al Estrecho y posteriormente, cuando el general Bulnes asumió la presidencia de la República de Chile continuó manteniendo correspondencia con él respecto del tema.
Como supernumerarios iban Philippi, naturalista, un carpintero y un niño, hijo del capitán Guillermos.
El capitán Guillermos lo contrató porque era conocida su experiencia en la navegación de la ruta a recorrer.
Luego la nave prosiguió hacia la boca del Guafo cruzándola con mar mala el 28 de mayo lo que le hizo perder una chalupa.
El capitán de la Betzei le facilitó a Guillermos las cartas británicas con los levantamientos de Fitz Roy para que las copiara; Guillermos aprovechó además ese tiempo para construir un bote para reemplazar el perdido.
La construcción la dirigió un anciano lobero que se encontraba en el puerto, Juan Yates, el que pidió como recompensaba ser transportado y desembarcado en la isla Inchemó donde tenía gente cortando cipreses.
Desembarcó acompañado de Philippi, el teniente González y 4 soldados armados.
Las instrucciones que llevaba Guillermos indicaban que debía efectuar una exploración de la ribera occidental del Estrecho para escoger el sitio más apropiado donde establecer el fortín que sería la base del posterior poblamiento, para ello zarpó el 27 de septiembre rumbo al norte recalando en Punta Arenosa, actual Punta Arenas, continuó a bahía Peckett, lugar en el que encontró a unos 40 tehuelches con los que trató de establecer contacto, pero no pudo entenderse con ellos, continuó hacia bahía San Gregorio y bahía Posesión punto desde el cual regresó pasando esta vez a la isla Isabel donde colocó un tablero igual al instalado en punta Santa Ana, desembarcaron en punta Arenosa donde encontraron muestras de carbón de piedra y fondeó de regreso en Puerto del Hambre el 12 de octubre.
El 13 de octubre Philippi, designado arquitecto y constructor, comenzó la construcción del fortín, el 30 del mismo mes estaba concluida la planta baja por lo que Guillermos procedió a bautizarla en forma solemne ese mismo día.
El fuerte contaba con una empalizada y un foso alrededor, con puente levadizo, que le servirían de defensa.
Además, esta acción, se efectuó libre de enfrentamientos con los otros países interesados, Argentina, Reino Unido y Francia.
El pequeño Fuerte Bulnes fue la base para la colonización y poblamiento de la región.
En Punta Arenas y en Ancud hay monumentos que conmemoran este episodio.