Tras un combate naval en que resultaron vencedores los realistas, sufriendo los atacantes revolucionarios numerosas pérdidas, estos consiguen reagruparse y tomar por asalto la isla de Martín García, derrotando al coronel Domingo Estanislao de Luaces obligando a los realistas a abandonar la isla.
La decisiva victoria revolucionaria en el Combate naval del Buceo provocó la capitulación de Montevideo.
Tampoco contribuyeron al esfuerzo patriota las violentas disensiones surgidas entre las tropas de Buenos Aires y las milicias orientales acaudilladas por Artigas.
No obstante, para ese entonces algunas expediciones organizadas por los sitiados para obtener víveres fracasaron (entre ellas la derrotada por José de San Martín en el Combate de San Lorenzo), y lo obtenido no alcanzaba para cubrir las necesidades de la plaza, que se vio crecientemente acuciada por el hambre y las enfermedades, principalmente el escorbuto.
Larrea empezó a evaluar la factibilidad de formar una nueva escuadra para forzar la situación en el frente oriental.
No había en depósito jarcias, madera, betún, lonas, cables ni implemento alguno.
Fue elegido Gervasio Antonio Posadas y Juan Larrea fue nombrado como Ministro de Hacienda, por lo que el proyecto se mantuvo en pie.
La decisión finalmente recayó en Brown, incluyendo el voto de Pío White, en parte por su carácter (la experiencia era algo compartido por todos los candidatos), pero en mayor medida por el ascendiente que tenía o podía asegurar llegado el momento sobre la oficialidad y marinería que era principalmente oriunda de las islas británicas: irlandeses, ingleses y escoceses.
No obstante, la tercera parte de esa fuerza se reducía a la capitana, la Hércules, por lo que esa ventaja estaba fuertemente ligada a su suerte, lo que sería determinante en el curso de la batalla.
Los siguió hasta el anochecer, momento en que habiendo verificado que entraban al canal de Martín García y se dirigían a la isla, torció rumbo a Buenos Aires en busca de refuerzos.
El 10 por la mañana se pusieron en vela con viento ligero del estesudeste dirigiéndose sobre Romarate por ambos canales.
El plan de Brown consistía en atacar por frente y retaguardia a la línea española.
El combate siguió hasta anochecer, llevando la fragata Hércules la peor parte.
[16] En esta, la primera y más sangrienta jornada del Combate de Martín García, Romarate consiguió rechazar exitosamente el asalto.
Bernard Campbell, quien era el cirujano en jefe, tuvo momentos muy difíciles debiendo tratar a los heridos con medios asistenciales inadecuados.
En la mañana del 13 Brown envió un análisis de la situación a Larrea, planteando que la isla debía «ser atacada esta noche misma, si es posible, antes que venga una expedición de Montevideo, donde se trabaja con afán en aprontar una fuerza superior».
[21] No habiendo más que oficiales subalternos se convino hacer una junta para decidir el comando del asalto planeado.
Fue elegido el teniente Oroná quien resolvió dividir sus fuerzas en tres divisiones de unos 80 hombres.
Asegurado el desembarco, Brown llevó la escuadra en dirección a los buques españoles para simular un ataque como distracción del esfuerzo principal.
Las bajas de los atacantes consistieron en tres soldados muertos y cinco heridos.
[25] Los habitantes, al igual que los restantes miembros de la guarnición consiguieron embarcar en la flota.
[26] Al no contar con los auxilios que había solicitado, y contando con el auxilio comprometido por Fernando Otorgués, segundo de José Gervasio Artigas, quien ante la inminencia del desenlace del sitio de Montevideo que había abandonado a comienzos del año se veía enfrentado a Carlos María de Alvear,[27] Romarate aprovechó el viento que varió repentinamente al sudeste, produciendo la creciente, lo que le dio la oportunidad de escapar por sobre los bancos, y se vio obligado a refugiarse en la desembocadura de los ríos Negro y Uruguay.