Toma de Almendralejo

Para obligar a los milicianos a abandonar la torre el teniente coronel Asensio ordenó, según informó al general Franco, «el incendio de la iglesia con paja húmeda y azufre para lograr efectos tóxicos, lo que ha permitido llegar hasta el coro, pero continuando el enemigo en alguna cámara que le ha aislado de los efectos del fuego, ya que ha continuado tirando bombas y tiros de fusil».Franco a su vez telegrafió al general Mola que la columna de Asensio había encontrado «seria resistencia», añadiendo a continuación: «Almendralejo hicieron horrores con personas de orden.[3]​[1]​ El ocho de agosto el general Franco ordena a la columna del comandante Castejón que se una a la de Asensio para acabar con la resistencia en Almendralejo y continuar el avance hacia Mérida.En un informe enviado a Franco se dice: «por la gran población que tiene y por lo levantisco de los muchos elementos de izquierda que existen no se ha estimado conveniente seguir a Mérida dejando el pueblo en tales condiciones».[7]​ Estos mismos periodistas portugueses informaron de que en Almendralejo los insurgentes habían matado a 1000 personas.
Interior de la iglesia en agosto de 1936. Los pocos coches que había en la localidad fueron guardados en el interior del edificio.
La iglesia tras el bombardeo.
Puerta de la torre tras el bombardeo.