Batalla de Sierra Guadalupe

Mérida cayó tras una dura lucha en las orillas del Guadiana, dejando a la vecina Badajoz aislada y como la última posición de la República en la frontera.

Yagüe marchó hacia Badajoz con 2250 legionarios, 750 regulares marroquíes y cinco baterías, dejando al comandante Tella atrás para mantener Mérida.

Desde Valencia también llegó la famosa Columna «Fantasma», al mando del capitán de la Guardia civil Manuel Uribarri.

[3]​ En otros casos, muchos milicianos, por su propio honor, se negaron a cavar trincheras pues lo consideraban algo de cobardes.

[5]​ Aun así, estos aviones no estaban preparados para la guerra moderna (las bombas debían lanzarse por las ventanas de los aparatos).

No obstante, el camino hacia el Tajo todavía presentaba algunos obstáculos si bien el peligro de las columnas africanas se palpaba en la capital.

Coincidiendo con esta derrota, comenzaron los bombardeos aéreos sobre la capital, los cuales aumentaban la sensación de inseguridad e indefensión entre los civiles madrileños y miembros del gobierno.

Durante el verano de 1936, esta era estampa más usual de ver entre las unidades del bando republicanos: Milicias altamente entusiastas pero deficientemente armadas y sin ningún conocimiento militar.