En 1903, a la edad de treinta y tres años conoció en San Bernardo al que sería su fiel acompañante y compadre durante los próximos años: Pancho Villa.
Por su amistad con Villa, fue general de la División del Norte durante la Revolución mexicana.
Villa dudó si fusilarlo o no, a lo que intercedió Fierro ratificando su traición.
Urbina intento detener a Fierro, pero este, sin escrúpulos, le asestó un tiro en la nuca para luego sepultarlo por allí cerca.
Al mando de unos cuatrocientos hombres se integró primero a las filas de "irregulares" que comandaba Francisco Villa; después se unió a la División del Norte federal que comandaba Victoriano Huerta.
Buscando organizar y fortalecer sus fuerzas se unió a su compadre Francisco Villa en Jiménez, Chihuahua.
Abandonó la lucha ante la primera derrota y se retiró a su pueblo natal.