Urbina destacó al General Manuel Chao, reforzado por tropas del General Magdaleno Cedillo, de Francisco Carrera Torres y del Coronel Alfredo Rueda Quijano, estas unidades vencieron en San Mateo y El Bañito, por lo que el General Lárraga tuvo que retirarse a su antigua posición de El Ébano, que ya tenía una organización defensiva y donde los constitucionalistas se detuvieron a fin de representar una resistencia decisiva e impedir el avance de los villistas.
Francisco Villa estaba decidido a capturar El Ébano, por lo que el 2 de abril envió personalmente a su famoso compadre, el General Tomás Urbina para que se hiciera cargo del mando, reemplazando al General Manuel Chao.
Todos estos ataques no hacían más que debilitar a las fuerzas villistas, que estaban sujetas a una gran presión nacional, pues por aquellos primeros días se libraban la decisiva Batalla de Celaya.
Al día siguiente el avión número 3 bombardeó algunas posiciones villistas, apoyando un ataque constitucionalista.
El día 21 el avión número 2 llevó a cabo misiones de bombardeo sobre el enemigo.
Fue entonces cuando el General Treviño comenzó a notar síntomas de debilidad en el enemigo, por lo que decidió pasar a la ofensiva, ordenando al General Lárraga que atacara el pueblo de Tanquian, lo que resultó un éxito para los constitucionalistas , donde la población local sepulto a 326 combatientes de ambos sectores caídos en la intensa lucha.
El día 15 los constitucionalistas se lanzaron a la ofensiva logrando capturar las primeras posiciones de las trincheras villistas, por lo que los villistas reaccionaron mandando varios contraataques para tratar de recuperar las posiciones perdidas, fracasando en su intento.
Por ello el General Treviño ordenó preparar la acción final, llevada a cabo el 31 de mayo.