El nombre del colectivo hace referencia a la tradición náhuatl de los denominados tlacuilos: hombres y mujeres que bajo la protección de la Diosa Xochiquetzal “se enfocaban en la expresión e interpretación del universo de creencias que los pueblos tenían sobre el tiempo, el espacio, su historia y los saberes,[1] pintaban murales y elaboraban códices.
De manera notable surgieron colectivos con una posición política crítica y activa frente a las problemáticas sociales que evidenciaban las posibilidades del arte para la transformación social.
[3] Como parte de los movimientos que cobraron fuerza en esa época se encuentra la llamada segunda ola del movimiento feminista iniciada en Estados Unidos y Europa.
[7] 1983 1984 La primera acción que organizaron como colectivo fue realizar una investigación sobre la situación de las artistas visuales en México.
Los motivos de su disolución se atribuyen a diversas causas, entre ellas: la dificultad de asumirse como artistas feministas en un medio hostil, la crítica adversa hacia su trabajo y el término del taller impartido por Mónica Mayer.