Terremoto de Torrevieja de 1829

El periodo comprendido entre 1820 y 1830 fue el de mayor actividad sísmica en el sur de la provincia de Alicante, afectando a las líneas sismotectónicas del Bajo Segura que tienen tres fallas: la de Benejúzar-Benijófar, la de Guardamar del Segura y la de Torrevieja.

A las 18:15 horas del 21 de marzo de 1829 se produjo el terremoto, 6,6º en la escala sismológica de magnitud de momento, con epicentro en las coordenadas 38°5′N 0°41′O / 38.083, -0.683 (núcleos de Benejúzar, Rojales y Torrevieja), que causó 389 muertos, 377 heridos, 2965 viviendas completamente destruidas y 2396 dañadas, la destrucción de los puentes sobre el río Segura en Almoradí, Benejúzar, Dolores y Guardamar, y que extendió sus efectos más graves, además de a las poblaciones citadas en su epicentro, a Almoradí, Algorfa, Rafal, Torrelamata, Daya Vieja, Guardamar, Dolores, Redován, San Fulgencio y San Miguel de Salinas.

La mitad de los fallecidos lo fueron en Almoradí al ser la población que contaba con calles más estrechas y edificios más altos que se derrumbaron unos sobre otros.

A petición del Obispo Félix Herrero de Orihuela, tras una misiva en la que el Obispo le envió al rey, Fernando VII remitió millón y medio de reales de su pecunio particular, así como estableció el envío urgente de cereal.

De las cuentas abiertas para ayudar a los damnificados, que alcanzaron una recaudación de ocho millones y medio de reales, se reconstruyeron totalmente los municipios de Almoradí, Benejúzar, Guardamar y Torrevieja.