[9][10] Los sismos continuaron, pero a las 19 h y 30 minutos se produjo otro de gran intensidad (6,4 MS)[8] de 6.4 magnitud que derribó casas y edificios ya destruidos por el primer terremoto en la capital .
[10] Para las 20 horas y 45 minutos acaeció otro sismo, el cual coincidió con una nueva erupción del volcán de San Salvador a través de los cráteres denominados Los Chintos,[3] "del cual se derramó impetuosa una colada de materiales piroclásticos, hacia el Norte".
La actividad eruptiva del volcán terminó hacia el mes de noviembre.
[11] Carlos Meléndez, presidente de El Salvador en esos años, expresó: Por otra parte, los materiales que predominaban en las viviendas de la ciudad (adobe, concreto y bahareque) sucumbieron ante los sismos, y sobrevivieron las de material más ligero, como la lámina, que empezó a predominar en los años siguientes, ya que sería fomentado su uso por el mismo Gobierno, siendo importada desde Francia y Bélgica.
[13] En un principio, los vecinos de San Salvador adjudicaron la erupción al cono llamado El Jabalí, y por ello se popularizaron estos versos: