Teresa Peña

Al estallar la guerra civil española tuvieron que salir de Madrid y se trasladaron a Montalvo (Cuenca) para, terminada la contienda, recalar en San Sebastián, donde les espera su familia materna.

De hecho, allí echó raíces la familia hasta la muerte del doctor Peña ocurrida en 1958.

Allí, y consta por su testimonio personal, despuntó su inclinación a la pintura.

En Oña, además del mencionado Colegio Máximo, había una escuela primaria.

Ya desde el principio, recibió un el Primer Premio de Pintura en tres años sucesivos, 1956, 1957 y 1958.

Teresa quiso completar en Madrid su brillante formación académica asistiendo, en las mejores escuelas, a cursos de pintura mural (ella se consideró siempre muralista), técnicas del fresco y de la restauración.

Ya con su propio estudio –en la calle Hortaleza- presentó en Madrid, en la Galería Quixote, su primera exposición.

En su archivo, hay también constancia de la excelente huella que su estancia dejó entre sus colegas.

Años también en los que sus viajes por Italia, Francia, Holanda, Bélgica y Alemania abrieron su sensibilidad y su espíritu a las corrientes estéticas de la Europa posteriores a la Segunda Guerra Mundial.

Poco después, en 1969, sería invitada a figurar en la exposición internacional de la Unesco.

Su familia, en el mismo año, se había trasladado de San Sebastián a Bilbao, donde Teresa mantenía un estudio además del que ya tenía en Madrid.

Años más tarde, en 1970, en la plenitud de los éxitos profesionales, hizo otra escapada eremítica, retirándose a la Cartuja de Benifasar (Castellón), que es la única cartuja femenina que existe en España.

En agosto de 1980 escribió Teresa una carta al papa Juan Pablo II.

En ella le decía expresamente: 'En esta vocación artística que he venido alternando con la llamada del desierto en la modalidad eremítica, he encontrado al Señor con una intensidad especial que me impulsaba hacia el sufrimiento humano.

Años después, los hermanos se trasladaron al Valle de Mena, Burgos, donde Teresa siguió pintando.

[1]​ Solía glosar literariamente sus obras plásticas una vez terminadas, a veces con tono poético.

1967 Representa a España con otros pensionados en la Exposición de pintura figurativa que recorre varios países, entre ellos, Estados Unidos.

1998 Exposición individual Pequeños entornos del hombre en la Galería Antonia Puyó, Zaragoza.

Teresa Peña
La Cena 3 de Teresa Peña
El llanto de Pedro, de Teresa Peña
La Sagrada Cena.