Alejandro Farnesio, el cual comandaría la invasión, quería básicamente tropas españolas para la campaña porque, como escribió el rey Felipe II: “… este ha de ser el nervio principal y brazo derecho y el que lo ha de asegurar todo, y así es muy puesto en razón que con esto mande V.Md., tener mano como la importancia del negocio y su real servicio los pide”.
(…) Y habiendo marchado por toda Italia llegaron a los Estados de Flandes”.
La intención fue la de reclutar a 2600 efectivos, cifra que no se alcanzó.
Fueron alojados en Warneton (a pocas leguas de Ypres y Lilla) junto al Tercio viejo de Zamora, aún este se alojó más tarde en otro lugar.
Una vez Bomen, se trasladaron a Dunquerque para ser embarcados.