La tercera guerra civil inglesa (1649-1651) fue el último episodio de una serie de conflictos armados conocidos como la guerra civil inglesa (1642-1652) (o "Guerras"), en el que se enfrentaron políticamente y militarmente el ejército parlamentario dirigido por Cromwell y los realistas que apoyaban al sucesor legítimo Carlos II de Inglaterra.
Sus principales objetivos eran lograr un gobierno estable y tolerancia para todas las denominaciones evangélicas puritanas.
Aun así, el exiliado Carlos II de Inglaterra tuvo que someterse a largas negociaciones y condicionamientos antes de que se le permitiese dirigir los ejércitos escoceses.
Carlos II, propuso recuperar el trono a cambio de permitir que Escocia impusiese el presbiterianismo en Inglaterra, y destituyó a todos los fieles cavaliers que le habían acompañado en su exilio.
Los ejércitos realistas y confederados bajo el mando de Ormonde intentaron eliminar a las fuerzas parlamentarias que habían tomado Dublín, pero fueron derrotados en la batalla de Rathmines por el ejército parlamentario comandado por el coronel Michael Jones.