Su guarnición, mandada por Hugh Dubh O'Neill, se rindió a Henry Ireton después de un asedio largo y duro.
Defendieron sus posiciones detrás del Río Shannon, siendo Limerick su principal baluarte en el sur.
Sólo había un puente - Thomond Bridge – que fue protegido con murallas de tierra.
Los muros medievales fueron ensanchados con unos seis metros de tierra, haciendo muy difícil abrir una brecha en ellos.
La guarnición estaba compuesta por 2000 hombres, en su mayoría veteranos del Ejército Confederado del Úlster, dirigidos por Hugh Dubh O'Neill, y que se habían distinguido durante el asedio de Clonmel el año anterior.
Ireton lanzó entonces un ambicioso ataque anfibio, con una avanzadilla que atacaría la ciudad en pequeñas barcas.
[6] Después de este punto, O'Neill comenzó a ser presionado por el alcalde y la población civil para que rindiera la ciudad.
Aún más, Ireton encontró un punto débil en las defensas de la ciudad irlandesa y consiguió abrir una brecha, permitiendo pensar en un asalto.
Sin embargo, la vida de los líderes civiles y militares Limerick no se incluyeron en los acuerdo.
O'Neill también fue sentenciado a muerte, pero el comandante Parlamentarista Edmund Ludlow aplazó su ejecución y fue encarcelado en Londres.