[1][2] Antonio Meucci (1808-1889) fue el primer inventor del «teletrófono», posteriormente bautizado como «teléfono».
Sin embargo, Meucci carecía del dinero suficiente para patentar su invento, aunque sí patentó otros inventos que él creía más rentables, como un filtro económico para la depuración del agua y el uso de la parafina en la fabricación de velas (que hasta ese momento se fabricaban con grasa de animales, muy contaminantes y sucias).
En una demostración pública, la voz de un cantante se trasmitió a una considerable distancia.
La prensa italiana de Nueva York publicó una descripción del invento y un tal Sr. Bendelari se llevó a Italia una copia del prototipo y la documentación necesaria para producirlo allí, pero no se volvió a saber de él, como tampoco se materializó ninguna de las ofertas que surgieron tras la demostración.
[9] En 1876, Alexander Graham Bell registró una patente que realmente no describía el teléfono, pero lo mencionaba como tal.
[11] Diez años después, en un proceso legal de 1886, Meucci tuvo que demandar incluso a su propio abogado, sobornado por el poderoso Bell.
Sin embargo Meucci supo hacer entender al juez que no cabía duda en cuanto a la autoría del invento registrado.
En la misma se reconoce que fue Antonio Meucci en vez de Alexander Graham Bell quien inventó el teléfono.
No obstante, estas líneas a todos los efectos se consideran como de telefonía fija.
Tal como sucede con la telegrafía (en Estados Unidos, la compañía Western Union clausuró sus servicios telegráficos el 27 de enero de 2010[14]) el servicio telefónico analógico tiende a desaparecer.
La híbrida consiste en un transformador con tres bobinados, L1, L2 y L3, según se muestra en la figura 1.
Si bien la señal que viene por la línea provoca la circulación de una pequeña corriente por el micrófono, este hecho no afecta la conversación telefónica.
El medio de conversación real es algo más complejo: a) añade un varistor a la entrada, para mantener la polarización del micrófono a un nivel constante, independientemente de lo lejos que esté la central local; y b) mejora el efecto «side tone», conectando el auricular a la impedancia de carga, para que el usuario tenga una pequeña realimentación y pueda oír lo que dice.
En la actualidad los terminales telefónicos son construidos con híbridas de estado sólido y no según el transformador multibobinado indicado anteriormente.
Estos circuitos podían ser tanto bipolares (I²L, normalmente) como CMOS, y añadían nuevas prestaciones, como repetición del último número (redial) o memorias para marcación rápida, pulsando una sola tecla.
Resulta curioso que se busquen tonos agradables para sustituir la estridencia del timbre electromecánico.