Micrófono de carbón

donde el carbón (antracita o grafito) al que se refiere el nombre, está en su interior en un compartimento cerrado cubierto por la membrana.

Este tipo de micrófonos ha sido y aún es muy utilizado en telefonía, porque su respuesta en frecuencia, entre 200 y 3000 Hz, es ideal para captar la voz humana.

No obstante, quitando las aplicaciones en telefonía y áreas relacionadas (porteros automáticos, etc), son unos micrófonos muy poco utilizados porque generan bastante ruido y su respuesta en frecuencia es irregular.

Las ventajas que tiene el micrófono de carbón: gran sensibilidad, baja impedancia y precio.

Su invento fue disputado[1]​ entre Thomas Alva Edison y Emile Berliner.

Micrófono de carbón de Western Electric (1976).
Principio de funcionamiento.