Tebe (satélite)

Los principales modelos geológicos indican que está formado por hielo de agua poroso con cantidades desconocidas de otras sustancias, al igual que Amaltea.

Entre sus características superficiales se incluyen grandes cráteres (comparables al diámetro del satélite) y altas montañas.

La Galileo fotografió casi toda la superficie y ayudó a aclarar su composición.

[11]​ Estos valores inusualmente altos para un satélite interior se explican por la influencia gravitatoria que tuvo en el pasado Ío, el más interior de los satélites galileanos, sobre Tebe.

Mientras Ío se alejaba poco a poco de Júpiter, Tebe iba pasando por distintas órbitas de resonancia que lo elevaban sobre el plano ecuatorial joviano.

[13]​ Recorre 1 394 130,84 km durante su órbita a una velocidad media de 86 057,5 km/h.

Mantiene, por tanto, siempre la misma cara orientada a Júpiter, siendo el semieje mayor el que apunta al planeta.

[9]​ Está situado en la cara oculta y fue descubierto en las imágenes tomadas por la sonda Galileo.

Esta asimietría es quizá causada por la alta velocidad y frecuencia de impactos en lado delantero que exponen al exterior material brillante (probablemente hielo) del interior del satélite.

Diagrama de las órbitas de los satélites interiores de Júpiter y su relación con los anillos jovianos. Se ve como la órbita de Tebe corre junto al borde del anillo difuso exterior.
Los pequéños satélites interiores de Júpiter a escala en orden creciente de distancias al planeta. De izquierda a derecha: Metis , Adrastea , Amaltea y Tebe. Composición a partir de fotografías tomadas por la sonda Galileo .