[8] Desde la superficie de Amaltea, Júpiter abarcaría una gran fracción del cielo, siendo unas 92 veces mayor que la Luna vista desde la Tierra.
[10] La UAI no incorporó oficialmente el nombre "Amaltea" hasta 1975,[11] aunque varias décadas antes ya se utilizaba de manera informal entre los astrónomos.
[3] Este color se debe a partículas de azufre y otros materiales provenientes del satélite Ío.
[5] Existe una importante asimetría entre ambos hemisferios, uno de ellos es unas 1,3 veces más brillante que el otro.
[5] Amaltea tiene una figura irregular, con dimensiones de 250 x 146 x 128 km, y con el eje mayor apuntando siempre hacia Júpiter; es decir, que el satélite se encuentra en un estado de rotación síncrona.
Mediciones más recientes desde el telescopio Subaru indican que está compuesta de hielo,[15] y demuestran que no puede haberse formado en la posición actual, pues el calor de Júpiter la hubiera derretido.
[12] Durante su estancia sobre Amaltea, el escáner de la sonda espacial Galileo detectó nueve destellos extraños, los cuales resultaron ser satélites muy diminutos y muy cercanos a la órbita de Amaltea.
Al ser avistados solamente desde una única perspectiva, las distancias reales son imposibles de calcular.
[9] Desde la superficie de Amaltea, Júpiter tendría un tamaño descomunal: abarcaría 46° en el cielo,[17] siendo aproximadamente 92 veces mayor que la Luna llena vista desde la Tierra.
Debido a que Amaltea posee rotación síncrona con Júpiter, si nos situamos en el satélite mirando hacia Júpiter parecería que éste no se moviera, y desde el otro lado del satélite, nunca se llegaría a ver.
[3] También midieron el espectro visible e infrarrojo y calcularon la temperatura superficial de la luna.