Su órbita se encuentra dentro del anillo principal de Júpiter, y se cree que es un contribuyente importante al material de los anillos.
Hubo que esperar a la llegada de la sonda Galileo en 1988, que fotografió casi toda su superficie y estudió su composición para ampliar los conocimientos sobre el satélite.
Existe una considerable diferencia entre los hemisferios delantero y trasero: el primero es 1.3 veces más brillante que el segundo.
[1][2] Debido al acoplamiento de marea, Metis rota sincrónicamente con su período orbital, con su eje más largo alineado hacia Júpiter.
Las otras dos son Adrastea y Fobos, acompañante de Marte.
[2][9] La relación entre la luna y la existencia de la fractura del anillo es por tanto evidente, aunque no se ha establecido su motivo.