Actúan como neurotransmisores también[3] En 1931, Ulf von Euler y John H. Gaddum caracterizaron una sustancia no identificada, en experimentación con conejo, capaz de inducir una contracción rápida del tejido intestinal a la que llamaron Preparación Estándar P; y que posteriormente bautizaron como substancia P (SP).[4] La P viene de polvo, ya que en esa forma, seca, era más estable.[5] Desde entonces se han aislado otras taquicininas de mamíferos: neuropéptido K (NPK), neuropéptido γ (NPγ),[6] neurocinina B (NKB), endocininas y hemocininas.[7] En el sistema nervioso central, las tres taquicininas SP, NKA y NKB prominentes de mamíferos están ampliamente distribuidas con diferentes patrones de distribución.[8] También se conoce que las taquicininas tienen participación activa en la serie de eventos uterinos que ocurren alrededor de la implantación del embrión en las ratas hembras,[9] y se estudia su participación en enfermedades como Parkinson, Alzheimer, depresión, artritis reumatoide, síndrome del intestino irritable y asma, así como en dolor crónico,[7] infecciones, fibrosis y prurito.