[9][10][11] Si al momento del hallazgo el individuo aún conservara tejidos blandos o está en avanzado estado de putrefacción, el estudio tafonómico es abordado por un médico/a legista y/o un/a especialista en entomología forense.
[17][18][19] El Homo sapiens es la única especie que posee un lenguaje simbólico y, por este motivo, la relación con sus muertos marca una gran distinción con el restos de los animales.
Esto se traduce en numerosos hallazgos individuales como colectivos en áreas formales de entierros (cementerios)[20][21][22][23][24][25][26][27].
meteorización, desarticulación, acción de carnívoros) pudiendo ser, luego, re-enterrados o no.
Los procesos diagenéticos resultan los más significativos en la historia post mortem de los restos óseos humanos.
Estos cambios pueden ser entendidos como disolución, precipitación, reemplazo mineral y recristalización.
Entre estas modificaciones se pueden mencionar: focos de destrucción por microorganismos (bacterias y/o hongos), microfisuras, cambios en la coloración e infitraciones y/o inclusiones[29][30].