Una estoa[1] o stoa (del griego στοά ‘pórtico’) es una construcción propia de la arquitectura clásica, una de las más sencillas: un espacio arquitectónico cubierto, de planta rectangular muy alargada, conformado mediante una sucesión de columnas, pilares u otros soportes (columnata), y, en su caso, muros laterales.
En el urbanismo griego solía formar parte de espacios públicos como gimnasios y jardines; aunque su localización preferente era el ágora (la plaza pública de las ciudades griegas).
Como espacio público protegido del sol y la lluvia, era un lugar idóneo para la vida social de las ciudades mediterráneas; a veces cumplía también funciones comerciales, alojando puestos de comercio.
Es equivalente a los soportales o galerías porticadas de algunos otros lugares.
Como tipo de construcción se remonta a la época micénica, reapareciendo en la época arcaica en el Hereo de Samos (siglo VII a. C.), y en la época clásica en Delfos (a partir del 480 a. C.), donde se usó para depositar el botín de las guerras médicas.