Fue un políglota por tradición familiar: aprendió pronto polaco, ucraniano, yidis o hebreo; y también alemán, por insistencia paterna, que fue figura capital en su formación.
Fue detenido en Francia, pero tras largas peripecias, que describirá, finalmente pudo huir a América desde Lisboa (pues recibió ayuda internacional, apoyado por Thomas Mann).
Toda su familia murió en los campos de exterminio nazis, menos su mujer y su hijo que lograron trasladarse a Nueva York.
A su muerte, en 1976, nadie dio noticias de su gran calidad, salvo en Europa Adolf Frisé y la Sociedad Musil.
La definitiva recuperación de su obra se ha llevado a cabo muy a finales del siglo XX (todavía en 1996 era casi desconocido), con buenas ediciones alemanas que se han ido traduciendo al castellano.
Su trilogía novelística, Destellos en el abismo, ya traducida al español, es un trabajo capital sobre el mundo judeoalemán, más o menos integrado, descrito desde Viena.