[1][2] Durante la primera mitad del siglo XIX, la ciencia astronómica mexicana se encontraba todavía atada a una tradición hermética-platónica, levemente influenciada por las teorías de Nicolás Copérnico, Johannes Kepler e Isaac Newton.
Después, en 1865, durante el Segundo Imperio, hubo un nuevo intento por crear un observatorio, con ayuda de Mathew F. Maury, norteamericano, como director.
El objetivo principal era que los científicos de la época se integraran a la vida moderna como sucedía en otros países y obtuvieran el mismo nivel en sus trabajos.
El auge de las ciencias físicas a finales del siglo XIX despertaba el interés en las mentes científicas.
Este acontecimiento fue la chispa que motivó a Luis G. León para organizar la Sociedad Astronómica de México, agrupación científica que creció y floreció en los años siguientes y llegó a contar con un buen número de asociados.