Según el texto, el ministro escocés Henry Dundas confirmó que el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda estaba listo para apoyar a los monárquicos si estos tomaban algún puerto donde pudiera atracar la Royal Navy.
El primero aconsejó a los monárquicos atacar Cherburgo, muelle fuertemente fortificado para un ataque por mar pero no para uno desde tierra; Talmont apoyo su propuesta.
El segundo propuso Granville, localidad que conocía bien porque participó en la construcción de sus defensas; La Rochejacquelein le apoyó.
Jean-Nicolas Stofflet, quien no había aprobado el plan, liderada la vanguardia que iba hacia Rennes, donde entró sin oposición, como no le seguía el resto de las tropas y para evitar quedar aislado dio la vuelta y se reunió con la fuerza principal en Antrain.
Los vandeanos enviaron a dos prisioneros republicanos para negociar pero tras una hora sin respuesta empezó el combate con las descargas de la artillería.
Los republicanos se refugiaron en el castillo, donde los vandeanos no pudieron penetrar y carecían de escaleras lo suficientemente largas como para subir sus muros.
Al llegar la noche la batalla terminó y los monárquicos se atrincheraron en las casas de los suburbios.
Los republicanos temían un ataque nocturno, así que Peyre y Le Carpentier ordenaron a una pequeña unidad aprovechar la oscuridad para incendiar las casas.