Silvia Galvis
[2] Al tiempo tocaba el piano, hablaba de jazz con amigos y participaba en las comparsas del Club Campestre.Fuera del país, conoció al ingeniero alemán Gerhard Hiller Brauer, con quien tuvo a Alexandra y Sebastián, sus dos hijos.De ahí en adelante se dedicó por completo al periodismo y a la literatura.Convocó a sus amigos Enrique Ogliastri, Eberhard Correa y Teté Camargo, con quienes diseñó una publicación llamada “Entes”.El mayor hito de su carrera periodística llegó en 1980, cuando se puso al frente de la Unidad Investigativa del periódico, un equipo que incluía también a Eduardo Durán, Carlos Eduardo Gómez y José Luis Ramírez León.[5] Desde allí, Silvia Galvis denunció numerosos hechos de corrupción y cubrió a profundidad temas hasta entonces inéditos en la agenda regional santandereana como la migración, la alimentación escolar o los cacicazgos políticos.Tanto en sus columnas como en sus artículos de periodismo investigativo, Silvia Galvis mantuvo una marcada distancia con los poderosos, criticó con dureza la penetración del narcotráfico en la vida social del país y registró las primeras masacres de los paramilitares en el Magdalena Medio.Unos días antes, el entonces presidente Virgilio Barco había visitado la redacción del periódico durante las celebraciones por sus cien años y allí insistió en la guerra contra el narcotráfico.La respuesta fue una bomba que mató a cuatro personas y destruyó el edificio de Vanguardia Liberal.[8]Como directora, Silvia Galvis continuó defendiendo los procesos de paz e investigó temas relacionados con la iglesia, la explotación petrolera en el Magdalena Medio, la corrupción local y el medio ambiente, tema para el que abrió una nueva sección del periódico.Su hijo Sebastián Hiller Galvis asumió la dirección del periódico en 1996, cargo que ocupó hasta 2018.[10] Además de dedicarle casi toda su vida al periodismo, Silvia Galvis también se interesó en la literatura.Tres años más tarde, en 1994, publica su tercer libro de no ficción: Vida mía.Tras inaugurar su carrera como autora de ficción con ¡Viva Cristo Rey!, Silvia Galvis publicó en 1995 Sabor a mí, su segunda novela.En este libro, escrito para celebrar los 30 años de Profamilia, Galvis entrevistó a varias mujeres para ahondar en las dificultades que han afrontado para lograr un cambio en los accesos y condiciones del derecho de las mujeres a la planificación familiar."[23]Un año más tarde, en 1996, Silvia Galvis publicó otra obra de no ficción con la que su reconocimiento se amplió.Con Los García Márquez, una serie de nueve entrevistas a hermanos del Nobel de Literatura Gabriel Gabriel García Márquez, la autora rastreó la memoria familiar del novelista colombiano para examinar su relación con su estirpe, pero también la relación entre ellos mismos y con su padre.Como escribió el también novelista Juan Gabriel Vásquez:"Silvia Galvis ha logrado, notablemente, recopilar partes de la memorabilia garciamarquiana antes inexistentes; es decir, evitar la caída en lo que todo el mundo sabe, pero que sigue y se seguirá publicando porque el tema sigue y seguirá siendo leído, aunque nunca se lea nada nuevo por los siglos de los siglos".[26] En esta pieza, el argumento gira alrededor de un Dios mujer, cuya aparición desencadena un relato de humor e ironía en el que Galvis profundiza su pregunta por el género y los lugares que habitan las mujeres e intensifica su crítica a las desigualdades, los fanatismos y las doctrinas inmovilizadoras.La mujer que sabía demasiado y Un mal asunto tienen al escándalo del Proceso 8000 como telón de fondo.[33] Con ese nombre se conoció al proceso con el que se investigó al expresidente liberal Ernesto Samper por la presunta entrada de dineros del Cartel de Cali a la campaña que lo llevó a la presidencia en 1994.Por su parte, Un mal asunto gira alrededor del asesinato de Catalina Daniels (Elsy Walkers en la novela), una de las defensoras del presidente Samper, y retoma la clave en novela negra que empezó en La mujer que sabía demasiado.Tras su muerte se publicaron numerosas notas de admiración en la prensa regional y nacional.