[1] Las sillas pueden estar elaboradas con diferentes materiales: madera, hierro, forja, plástico o una combinación de ellos para garantizar su dureza.
Las que son anchas, con respaldo algo alto, con brazos y balancín se denominan sillones.
[6] Durante la Edad Media en Europa la gente humilde seguía poseyendo muy pocas sillas, que resultaban demasiado caras para ellos.
Es por ello que solían emplear los bancos y taburetes como asiento, o muchos otros objetos domésticos, como los arcones.
[2] Durante el Renacimiento, la silla empieza a usarse en las casas más adineradas, pero no fue hasta el siglo XVIII que se convirtió en un mueble popular en Europa.