La Dinastía I de faraones egipcios forma parte, junto con la Dinastía II, del Periodo Arcaico o Tinita, porque tienen su origen en Tinis (en griego, Tis en egipcio), próxima a Abidos, en el Alto Egipto.
El periodo coincide con el final del periodo denominado Naqada III (final del Semaniense), y transcurre desde el 3050 a. C. hasta el 2890 a. C., aproximadamente, variando esta cronología en las fuentes bibliográficas en función de los métodos de datación adoptados.
La Primera Dinastía comienza con la unificación de las Dos Tierras, el Alto y el Bajo Egipto, atribuida por el historiador egipcio Manetón (siglo III a. C.) a Menes, quien ha sido identificado con Narmer (o Aha).
Además de Abidos, Hieracómpolis, la capital del Alto Egipto, también siguió siendo un centro religioso.
Dyer logró una importante victoria sobre Nubia, como se muestra en un relieve tallado en las rocas cercanas a la segunda catarata del Nilo.
Den fue el primer faraón que llevó el título de Rey del Alto y el Bajo Egipto.
Aha le sucede, llamado Iti en la Lista Real de Abidos, Atotis por Manetón.
Peleó contra los nubios y edificó un templo a la diosa Neit en Sais, en el recientemente anexionado Bajo Egipto.
Este rey organizó varias campañas al Sinaí, para defender las minas de malaquita que ya explotaban los beduinos nómadas.
La tumba del norte nunca ha sido investigada en profundidad, y es atribuida tanto a Hemaka como al propio faraón.
Otra hipótesis es que el primero sería Menes, después llamado Horus Aha.