En el convento enseñaron a Sibila la escritura y otras tradiciones de la Iglesia.
Se casaron en otoño, y Guillermo murió en junio del año siguiente, dejando a Sibila embarazada.
[cita requerida] La princesa viuda se convirtió en un premio para nobles ambiciosos que buscaban tomar el control de Jerusalén.
Durante mucho tiempo, cuentos populares de la vieja Francia del siglo XIII, en parte atribuidas a Ernoul[cita requerida], la asociaron con la familia Ibelin.
Sibila había mostrado gran astucia y habilidad política en su trato con los miembros de la oposición.
La reina viuda se unió a su hijastra en Jerusalén cuando avanzaba el ejército de Saladino.
Jerusalén capituló el 2 de octubre, y Sibila pudo escapar a Trípoli con sus hijas.
Por otro lado, Holland la hace la heroína de su novela, pero pasa por alto su devoción a Guido para relatar un romance ficticio con un Caballero Templario.
En la película, ella no quiere que Guido sea coronado y toma parte en un fallido complot para asesinarlo.
En el corte del director se sugiere que ella envenena a su hijo, Balduino V, para evitarle los sufrimientos de la lepra.