[1] En español coloquial, las mamas humanas suelen llamarse tetas,[2] pechos,[3] bubis,[4] chichis,[5] entre otros muchos nombres.[6] En el caso de otros mamíferos, no se utilizan algunos términos más específicamente referidos a humanos, como «pechos», pero se añaden otras denominaciones, como ubres (este último término, si bien considerado correcto por algunos en su aplicación a humanos,[7] normalmente solo es utilizado, en esos casos, de forma vulgar e, incluso, despectiva, para referirse a mamas de gran tamaño).Sin embargo, los ductos más próximos a este no actúan como reservorios de leche.Cada mama se adhiere en su base a la pared torácica por una fascia profunda que recubre los músculos pectorales.En un pequeño grupo de mujeres, los ductos y galactóforos son visibles por no fusionarse con el tejido que los rodea.[11] En sentido horizontal, se extiende desde el borde del hueso esternón hasta una línea media, imaginaria, de la axila.La grasa y el tejido conectivo, junto con los ligamentos de Cooper (que unen la glándula a la piel) constituyen un verdadero ligamento que dan forma y la sostienen, permitiendo el deslizamiento normal del seno sobre los planos musculares subyacentes.La mama, además, contiene vasos arteriales, venosos y linfáticos, así como elementos nerviosos.No es raro encontrar tejido mamario en pleno hueco de la axila o bajo la piel, en la cara anterior del abdomen.Tanto los hombres como las mujeres tienen una gran concentración de vasos sanguíneos y nervios en los pezones.En ambos sexos, los pezones tienen capacidad eréctil como respuesta tanto a estímulos sexuales,[13] como al frío.[15] El desarrollo mamario durante la pubertad obedece al estímulo de hormonas ováricas, principalmente estrógeno y progesterona.[10] Estas hormonas impulsan el desarrollo de características femeninas, produciendo el mismo efecto en hombres con desequilibrios hormonales o en personas que necesiten modificar su identidad sexual.[16] El desarrollo de verdaderas mamas en los hombres, compuestas por glándulas y demás estructuras, se denomina ginecomastia.En casos aislados existen personas con más de dos glándulas, lo que se conoce como polimastia.[17] En los individuos de corta edad, en condiciones normales, la mama permanece en un estado embrionario y no se desarrolla hasta la pubertad.Durante el embarazo, el aumento en los niveles de estrógenos y progesterona estimula el desarrollo glandular.Las mamas tienden a hacerse esféricas debido al aumento del tejido adiposo.En la leche se encuentran numerosos nutrientes, así como proteínas, aminoácidos, vitaminas, y minerales esenciales además de encontrarse una potente de inmunoglobulinas tipo IgA que actúan como anticuerpos proporcionando al neonato una importante protección ante potenciales infecciones.Incluso la Organización Mundial de la Salud sugiere amamantar seis meses con lactancia exclusiva (solo leche materna, sin agua, tés o fórmulas lácteas bóvinas o caprinas) y continuar lactando por lo menos hasta los dos años complementando con sólidos la alimentación del neonato.[20] No se han reportado diferencias nutricionales entre la leche materna inducida o aquella que resulta de un embarazo.En las sociedades occidentales tecnológicamente desarrolladas muchos varones se sienten atraídos, sobre todo, por los senos de gran tamaño.Otros, sin embargo, los prefieren de un tamaño menor aunque turgentes y firmes.En realidad, el tamaño y la forma, así como la consistencia, no predicen en absoluto la capacidad de la mama para producir eficazmente leche.Sin embargo, en las mujeres que hayan tenido una mastectomía total se ha notado una disminución en el interés sexual.