Al parecer el tipo de adivinación practicada por seidr era generalmente distinto, debido a su naturaleza más metafísica, que los augurios cotidianos realizados por las videntes.
También llevaba consigo una rueca simbólica (seiðstafr), que a veces era enterrada con ella; y se sentaba en una plataforma alta.
Hon kenndi fyrst með Ásum seið, sem Vönum var títt ("La hija de Njörðr era Freyja.
Una justificación para esto puede encontrarse en la saga Ynglinga donde Snorri opina que quien practicase el seidr era considerado como débil e impotente.
Su visión no está conectada explícitamente con la práctica de seiðr, sin embargo la palabra se encuentra en el poema en relación con el personaje llamado Heiðr (que tradicionalmente es asociado con Freyja, pero también puede ser la völva: ver McKinnell 2001).
Hay una fuerte similitud entre la völva en este relato y las nornas (las parcas de la mitología nórdica).