Eran rutinas prácticas a diferencia del seidr, que era más chamánico y se enfatizaba en trances extáticos.
[3] Ejemplos de ello pueden encontrarse en Grógaldr y Friðþjófs saga hins frœkna.
[6] Otra característica es la repetición paralela,[6] como se ve en las estrofas del Skirnismál, a continuación.
Una importante referencia al uso de los galdr se halla en el poema éddico Oddrúnargrátr, en una escena en la que Borgny no pudo dar a luz hasta que Oddrún ha cantado los "amargos galdr".
[2] (traducido como potent charms, por Henry Adams Bellows en la versión inglesa que acompaña al original a continuación):