En enero de 1937 la SF celebró su primer Consejo Nacional, que empezó el día 6 y fue clausurado tres días después.
[7] No obstante, en la zona sublevada existían otras agrupaciones femeninas además de la Falange, como las «margaritas» del movimiento carlista.
[8] El decreto de unificación, sin embargo, no soterró los conflictos existentes entre las distintas facciones.
Dentro de la Sección Femenina surgida tras la «unificación» existían tres corrientes que estaban en discordia entre sí: falangistas, jonsistas y carlistas.
[11] A pesar de estos problemas, la Sección Femenina atravesó un importante crecimiento durante la contienda.
[12] Hacia 1939 la SF había logrado establecer estrechos vínculos con la Alemania nazi y la Italia fascista; durante el periodo que duró la guerra varias delegaciones de la Sección Femenina realizaron tres viajes[n. 3] a Alemania y un viaje a Italia.
[17] No obstante, la labor del Auxilio Social supuso algún que otro enfrentamiento con la Iglesia Católica.
En la Alemania nazi, la líder de la Sección Femenina fue Celia Giménez,[20] personaje destacado en los círculos españoles en Berlín durante la Segunda Guerra Mundial, que ejerció como enfermera en un hospital alemán y llegó a realizar labores propagandísticas.
[23] Por ser su sede central, este constituyó el edificio más emblemático de la Sección Femenina, aunque durante los siguientes cuarenta años la organización acumuló un gran patrimonio de bienes inmuebles, prácticamente en todas las provincias españolas.
[24] Otro edificio emblemático que fue empleado por la Sección Femenina fue el Castillo-Palacio de Magalia, en Ávila.
[27] Unos años después de su instauración, en 1941, 282 224 mujeres cumplieron el Servicio Social realizando distintas labores bien en el Auxilio Social o bien en otros ámbitos —como hospitales, escuelas, orfanatos, comedores infantiles o bibliotecas—.
[36] Al frente del organismo se encontraba la Delegación Nacional, que era ostentada por Pilar Primo de Rivera.