[1] Asimismo estableció el ordenamiento jurídico municipal y dedicó las escasas y poco fértiles tierras del término palermo al cultivo del olivo y la producción de aceite.
Tras su prematura muerte, su viuda, Doña Elvira de Ayala, hija del Canciller de Castilla, prosiguió su labor hasta que murió en 1434.
Las hijas del matrimonio, Isabel y Juana, heredaron cada una la mitad de la villa que, por sus respectivos matrimonios, pasaron a ser señoríos del Conde de Miranda la una y del Conde de Cifuentes[2] la otra.
Por su parte, los Cifuentes vendieron su mitad de la villa a los Reyes Católicos en junio de 1492, cuando se preparaba la partida de la expedición colombina, por lo que esa mitad volvió a ser realenga.
[3][4] Posteriormente, Carlos I vendió esa mitad de Palos (6/12) al conde de Miranda, reuniendo los 11/12 del señorío, mientras que el dozavo restante siguió en manos del duque de Medina Sidonia.